Aceite esencial de ROMERO
El aceite esencial de Romero, es un aceite también muy utilizado en el mundo de la aromaterapia ya que posee una fuerte capacidad vigorizante que ayuda a mejorar el sistema de defensa del cuerpo dado que mejora la circulación sanguínea y aumenta el funcionamiento del sistema inmunológico, actuando como prevención de alergias, problemas en las vías respiratorias y enfermedades virósicas que suelen repetirse durante los cambios de estación, etc.
Siendo desde el punto de vista de la aromaterapia un equilibrador de la transmisión del sistema neuro-funcional, evita la somnolencia, ayuda a la concentración, lo que lo hace un estimulante muy adecuado para los niños.
También en aromaterapia es utilizado en personas mayores, ya que se utiliza para evitar la pérdida de memoria y todos los males relacionados con disfunciones del sistema nervioso: Párkinson, asma, fatiga, palpitaciones nerviosas, etc.
Utilizado diariamente en rocío sobre el cabello y también como masaje capilar, detiene la pérdida del cabello recuperando su salud y potencia. En los niños es un efectivo tratamiento natural y/o preventivo (no nocivo) contra la pediculosis.
El aceite de Romero es un gran aliado para combatir las distintos alteraciones digestivas producidas por el stress o problemas nerviosos. Es un importante aceite para incluír en fórmulas para la recuperación del habla o de parálisis en cuadros de crisis nerviosas agudas. Por otra parte ayuda a recuperar el apetito a quienes sienten que su estómago se cierra, estimula la digestión, combate úlceras gástricas o trastornos estomacales, infecciones intestinales, diarreas o estreñimiento. Esto se debe a su acción reguladora sobre la actividad de los meridianos relacionados con funciones digestivas, (Bazo-Páncreas, Vesícula Biliar, Intestino Delgado, Intestino Grueso, Hígado).
Pero su acción más importante y generalizada en aromaterapia, se relaciona con la parte emocional. El aceite esencial de Romero se utiliza en baños de inmersión (diluído) o en ambientes (aromatizador) para quienes poseen una tendencia olvidadiza, personas que se desarraigan con facilidad transformándose en hurañas, suelen esquivar a los demás y terminan aislándose, pero luego se quejan de su condición de soledad. Al introducir un cambio de enfoque en los conceptos internos, la persona toma consciencia de que debe comunicarse con su entorno, de que el aislamiento no aporta nada a su crecimiento. El efecto influye así en la interacción con el medio, y enseña a la persona a agradecer la oportunidad que otros seres le dan de aprender. Comienza a vivir con un enfoque positivo y a conservar la calma, evitando las alteraciones que el stress produce sobre su cuerpo, transformándose en una persona atenta, cálida, bondadosa y deseosa de participar.