En la medida que uno va avanzando en la vida, debe considerar su actitud. Webster define la "actitud" como "una posición mental".
Nuestras posiciones mentales se desarrollan por lo que nos permite pensar, retener en nuestras mentes, entonces va a nuestro corazón, y a continuación aparece nuestra actitud.
Proverbios 23:7 a dice:.
"Porque así como un hombre piensa en su corazón, así es él”.
Si nos aferramos a Dios y a pensamientos rectos y actitudes rectas en nuestras mentes, ellas podrán abrirse paso a nuestros corazones, y eso producirá cosas buenas en nuestras vidas.
Por el contrario, si nos aferramos a pensamientos perversos o injustos, ellos también se abrirán paso hacia nuestros corazones, y en este caso, esto no producirá buenas cosas para nuestra vida, porque el resultado será dureza "de corazón", hacia los demás e incluso hacia Dios, o su Palabra, o a su Iglesia, la cual es el cuerpo de Cristo.
Dureza de corazón no es una buena cosa para tener, porque no sólo nos afectará a nosotros y a nuestra vida, sino que también afectará a aquellos a quien amamos.
"Dureza de corazón" es - una dureza hasta el punto de insensibilidad y falta de convicción. La misma palabra en hebreo se usa cuando habla de la Palabra", tardos para oír." Además de los ojos cuando habla de "los ojos apagados recibiendo”.
" Las personas que llegan a ser duros de corazón pierden su nitidez, se pierden las cosas que están justo en frente de su cara. Jesús dijo que "la dureza de corazón", fue la razón de los hombres y mujeres que buscaron el divorcio en sus matrimonios. Cuando el divorcio ocurre, es un día triste para la pareja y sus familias.
Mi Biblia dice: "Y cuando uno de los miembros (del cuerpo de Cristo) padece, todos los miembros se duelen con él, y cuando un miembro recibe honra todos los miembros se REGOCÍJAN". [I Corintios 12:26]
La Palabra de Dios debe ser nuestra norma, nuestra regla de fe y práctica. Nuestra actitud y el comportamiento debe ser el resultado de nuestra fidelidad a creer y practicar el vivir la Palabra de Dios en nuestras vidas. "Amor", es el ingrediente clave que rige nuestra actitud y acciones, si es que permitimos que el amor de Dios se establezca y permanezca unido en nuestros corazones y mentes. Tenemos que elegir lo que queremos permitir que se establezca como residencia en nuestras mentes y corazones.
Universidad de Harvard hizo un estudio hace unos años. Los investigadores descubrieron que "la actitud fue mucho más importante que, la inteligencia, la educación, el talento especial, o incluso la suerte."
Harvard concluyó que el 85% de nuestros éxitos en la vida se deben a la actitud, mientras que el 15% provenía de la capacidad.
Nuestra actitud hacia Dios y Su Palabra es la clave para tener éxito en nuestra realización de la gran puesta en servicio de Cristo y de nuestro ser sano, trabajador prósperos en la cosecha de Dios. Y si tenemos éxito en este esfuerzo, no hay duda que tendremos éxito en cualquier esfuerzo que tengamos por delante.
Proverbios 4:4
Él me enseñó también, y me dijo: Que tu corazón retenga mis palabras: si guardáis mis mandamientos, viviréis.
Proverbios 4:20-21
Hijo mío, está atento a mis palabras, inclina tu oído a mis razones.
21 No se aparten de tus ojos; mantenerlos en el medio de tu corazón.
Que nuestra actitud sea la de conservar la Palabra de Dios en nuestros corazones, y no dejar que se aparten de nuestros oídos y de nuestros ojos, así no será aburrido escuchar su palabra, y siempre podremos ver sus obras.
PARA EDIFICAR EN LA MENTE
PROVERBIOS 4-23
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”.
3º JUAN 2
“Amado yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu mente”.
LUCAS 11-9
“Y yo os digo: Pedid y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá”
PROVERBIOS 3:5 AL 7
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia (no te dejes llevar por el razonamiento de los sentidos).
Reconócelo en todos tus caminos (en todas tus actividades de la vida)
Y el enderezará tus veredas.
Una buena actitud es apartarse del mal, no solo de las acciones que puedan estar ocurriendo a nuestro alrededor, sino también de nuestros pensamientos.
7 y 8 La Palabra de Dios es medicina para nosotros, es un refrigerio.
Santiago 1-21
También nos dice lo mismo de otra forma:
“Por lo cual desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”
Que nuestra actitud esté determinada por esta Palabra implantada en nuestro corazón y tendremos un futuro glorioso.